La comunidad necesita a los consultores

La consultoría es actualmente considerada como una herramienta de primer orden en el mundo empresarial y la pandemia y su consecuente complejidad en los mercados internacionales han provocado la necesidad de incrementar la competitividad y el valor de las empresas.

La mejora en el liderazgo y la búsqueda de prácticas innovadoras en el mercado que nos enseñen a adelantarnos a los cambios, ha precisado el apoyo de un talento humano desde el exterior que además de estar capacitado, con experiencia y estudioso de los impactos del mercado, con el cual las organizaciones visionarias puedan responder a las tendencias en este ambiente de incertidumbre.

Las pequeñas empresas son sectores débiles bajo el contexto actual de la pandemia, sin embargo, siendo la base de generación del Producto Interno Bruto merecen una especial atención por parte de los consultores.  No deberíamos esperar a que las empresas nos llamen, tenemos que acercarnos si sabemos como apoyarlas.  Ojalá nos acercáramos y apoyáramos con acciones de mejora que les permitan mejorar su capacidad técnica, organizacional, tecnológica y humana, a fin de evitar una mortalidad que no nos conviene a nadie en México.

Los que hemos vivido la experiencia de apoyar sabemos que las empresas están siendo afectadas por decisiones y riesgos no calculados o simplemente por no alcanzar los niveles de competitividad en el entorno.

Por tanto, la consultoría empresarial, en las áreas administrativas y tecnológicas, se debe proponer como herramientas de vital importancia para la supervivencia y crecimiento de las diversas unidades de negocio.

La consultoría es un aliado valioso para determinar las fortalezas y debilidades en la organización, propiciando medidas correctivas y de mejora que ayuden a afianzar los procesos productivos, niveles de competitividad y estandarización de productos y servicios que impacten directamente en la supervivencia institucional.

Debemos preocuparnos los profesionistas en potenciar los procesos, optimizar los recursos y lograr un posicionamiento al desarrollar productos o servicios más competitivos y sostenibles, e inclusive cobrar honorarios hasta que las empresas los logren, que si somos buenos, será en el corto y mediano plazos.

Así entonces, la necesidad existe, solo falta ver que los consultores o profesionistas de verdad nos interesemos por apoyar la operación de la tortillería, la panadería, la carnicería, los pequeños mercados, pequeñas empresas tecnológicas, de servicios, etc, a fin de apoyar a la comunidad en su sostenimiento económico, que al final de cuentas, redundará en empleo y por consiguiente baja de delincuencia entre nuestros propios vecinos de la comunidad.   Una forma de apoyar desde nuestros conocimientos, formación y experiencia a que haya menos pobreza.   Todos lo agradeceremos viviendo en paz.  Ojalá los consultores no se tarden demasiado.

Acerca del Autor

Diana Hortensia Heimpel Villagrán
Ingeniero industrial
Master en administración
Doctora en gestión educativa
Ser humano apasionada de esta aventura llamada vida.

Catedrática de CESLAM.

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